Como bien sabemos, la Inteligencia Artificial (IA) ha traído consigo interesantes beneficiosos para diversidad de industrias. Por su parte, Emergn ha descubierto que un abrumador 94% de los nuevos productos y servicios digitales serán, al menos en parte, desarrollados por Inteligencia Artificial para 2028. Mientras nos encontramos en la cúspide de un futuro impulsado por la IA, las perspectivas parecen ilimitadas, con promesas de mayor eficiencia, así como de innovación y una mejor calidad de vida. Sin embargo, este rápido ascenso conlleva un conjunto de desafíos y riesgos que exigen una cuidadosa consideración. La reciente decisión de la Unión Europea de regular la Inteligencia Artificial a través de la Ley de IA de la UE refleja la progresiva conciencia de la necesidad de equilibrar la innovación con las preocupaciones éticas y sociales.
El balance de la IA
Los beneficios de la Inteligencia Artificial (IA) son extensos y variados. Desde mejorar la productividad y automatizar tareas mundanas hasta impulsar avances en la atención médica, el impacto positivo de la IA es indiscutible.
Sin embargo, si hay algo importante que mencionar es que, la rápida integración de la Inteligencia Artificial en diversos aspectos de nuestras vidas ha planteado diversas preocupaciones y desafíos que claramente, no pueden ignorarse.
Para ser más específicos, debemos señalar que uno de los principales desafíos es la posibilidad de que se produzcan desplazamientos de empleo debido a la automatización. Conforme los sistemas de IA se vuelven más hábiles en el manejo de tareas rutinarias, existe el riesgo de pérdida de empleos para ciertas industrias y roles. Esto requiere un enfoque proactivo para volver a capacitar a la fuerza laboral para adaptarla al panorama laboral en evolución.
Con la progresiva integración de la Inteligencia Artificial, es imperativo efectuar una cuidadosa consideración para garantizar su implementación responsable. Esto logra enfatizar la importancia de que las empresas y los gobiernos comprendan y adopten su utilización óptima en lugar de limitarse a seguir las tendencias.
Implementar las mejores prácticas de IA
Cabe acotar que, existe una clara falta de experiencia humana con la Inteligencia Artificial. Esto es lo que pone en riesgo la implementación exitosa. Para poder aprovechar todo el potencial prometido por la IA, las organizaciones requieren acceso a expertos que las ayuden a cerrar la brecha entre las expectativas de los ejecutivos y las realidades de la implementación.
Es vital tener claro que, al brindar pensamiento experto y conocimiento de las mejores prácticas, estas organizaciones tienen la posibilidad de ayudar en el desarrollo de programas que fomenten el aprendizaje continuo, garantizando que las nuevas prácticas no solo se alineen con la tecnología sino que también desafíen y actualicen el pensamiento heredado.
Sin embargo, tal y como ocurre con todas las nuevas tecnologías, incorporar a personas con conocimientos para implementar su uso y no enseñar a los colegas los métodos y sistemas correctos, al mismo tiempo, sólo resultará en un fracaso a mediano y largo plazo. Por lo que se debe tener presente que para obtener mejores resultados, cualquier transformación debe ser propiedad de la organización que la lleva a cabo.
Hay que señalar que las organizaciones deben comprender profundamente las preocupaciones de sus clientes y establecer estructuras sólidas para supervisar la Inteligencia Artificial, en particular los datos en los que se entrena, asegurando que su desarrollo sea tanto ético, como efectivo. En esencia, el verdadero valor de la IA reside en la sabiduría de su aplicación.
La ética de la implementación de la Inteligencia Artificial
Vale la pena destacar que las preocupaciones éticas son otro desafío importante. Los sistemas de IA, si no se desarrollan e implementan de forma responsable, tienen la capacidad de poder perpetuar los prejuicios, la discriminación y así mismo, las violaciones de la privacidad. La opacidad de algunos algoritmos de Inteligencia Artificial plantea dudas sobre la responsabilidad y la posibilidad de consecuencias no deseadas. Alcanzar el equilibrio adecuado entre innovación y consideraciones éticas es crucial para poder garantizar el desarrollo y uso responsable de las tecnologías de IA.
Es importante tener presente que el ascenso de la IA presenta un arma de doble filo con oportunidades ilimitadas y riesgos inherentes. Aunque los beneficios de la Inteligencia Artificial son transformadores, debemos abordar los desafíos y las preocupaciones éticas para lograr garantizar un futuro sostenible e inclusivo.
Cabe destacar que la reciente Cumbre de IA del Reino Unido fue un siguiente paso poderoso, pero, ahora es el momento de darle seguimiento con un plan de acción, esencialmente ahora que la legislación de la UE sobre IA entrará en vigor en el año de 2025. Según se conoce, la ley constituye un esfuerzo histórico para lograr un equilibrio entre fomentar innovación y salvaguardia de los valores sociales.
Liberar el potencial de la IA mientras se protege la privacidad
Si hay algo importante que dar a conocer es que, la encuesta de Emergn también mostró que el 71% de los encuestados coincidieron en que la privacidad de los datos es fundamental en la era de una mayor digitalización. Conforme la recopilación de datos continúa ampliándose, es trascendental establecer medidas de protección para agregar información confidencial y garantizar una transparencia total.
Se acoge con satisfacción la prohibición de aplicaciones determinadas en virtud de la Ley, como los sistemas de IA empleados para el reconocimiento de emociones en el lugar de trabajo y la extracción no selectiva de imágenes faciales de Internet, o imágenes de CCTV para la creación de bases de datos de reconocimiento facial.
La Ley de Inteligencia Artificial de la UE tiene como objetivo optimizar la supervisión de los sistemas de IA creados e implementados dentro de la Unión Europea. Aquellos que dependen en gran medida de la IA, como los inversores, los desarrolladores y, así mismo, las empresas que se ocupan de sistemas de Inteligencia Artificial potencialmente de alto riesgo, tienen la capacidad de poder beneficiarse del cumplimiento proactivo de las regulaciones durante las fases iniciales del desarrollo del sistema de IA. Este enfoque también busca aumentar la confianza en sus sistemas.
En definitiva, sólo mediante una regulación cuidadosa y un desarrollo e implementación minuciosos podremos realmente desbloquear todo el potencial de la Inteligencia Artificial (IA).