El Ranking Mundial de Competitividad Digital, elaborado por el Centro de Competitividad Mundial de IMD, mide la capacidad y disposición de 64 economías del mundo para adoptar y explorar tecnologías digitales como un motor clave para la transformación económica en las empresas, el gobierno y la sociedad en general.
Es un análisis que lleva publicándose 5 años y en el cual, en su más reciente versión, deja mal parada a la región y en especial a países como Venezuela, Colombia, Argentina, Perú y México quienes ocupan la mitad de los 10 peores países en el ranking.
Venezuela es el peor de los países en el ranking. Y no es sorpresa. El Gobierno del Presidente Maduro no parece tener en el radar la importancia de una disposición general de la economía de cara a enfrentar los retos que nos trae la 4ta Revolución Industrial.
Pero debo decir que me sorprendió ver a Colombia tan mal rankeado, en especial después de toda la lora que dio el gobierno con el cuento de la economía naranja.
Para el IMD lo que más nos pega es la falta de un marco regulatorio ágil, moderno y estable, seguido de las falencias en el marco tecnológico de nuestra economía. La poca concentración de actividades científicas y la falta de una actitud que promueva la adaptación al cambio, complementan las variables que nos tienen en la misma categoría que países como Mongolia y Botswana.
Y es que en América Latina, pero en especial en Colombia, lo urgente no nos permite pensar en lo importante y los incendios que debemos apagar todos -gobierno, empresas y personas- a diario no nos permite enfocarnos en el futuro.
Crece la brecha digital y nuestros países se relegan cada vez más en una economía en la que lo digital incrementa la velocidad y amplia las posibilidades de desarrollo. Pero parece que ese bus nos volvió a dejar.