¿Qué sucede con los medios digitales de una generación a otra? En el mundo análogo, los abuelos nos dejaron sus discos de vinilo, y los papas nos dejaron cajas de fotos, los cassettes de audio y video y CDs y DVDs. Pero, ¿qué sucederá con esos contenidos que se encuentran en la nube y a los cuales solo tiene acceso la persona con su password?
Para los productores de contenido se trata de un negociazo, pues ya los contenidos no pasan automáticamente de una generación a otra, sino que sus derechos deben ser comprados una y otra vez por los usuarios. Es el escenario ideal para ellos, pues los usuarios terminan pagando varias veces. Cada cambio de formato debería marcar en su registradora y luego marca también el cambio de generación.
Es el peligro de un ecosistema controlado por los proveedores y no por los usuarios. Todas las películas y música que compre en iTunes, las fotos que guarde en Flickr y Facebook, o los archivos que guarde en DropBox están en peligro de perderse. La solución obvia, y claramente incómoda es darle las claves de sus servicios a sus familiares. Las implicaciones en términos de privacidad de una decisión de este tipo son incalculables.
En principio es un problema sin solución practica posible. Mi aproximación al problema es mantener una copia local y libre de la información. Todos mis contactos, todas mis fotos, música y películas están guardadas de manera local en mi casa. Esta aproximación implica un trabajo juicioso de archivo e indexación de información, que bien vale la pena dadas las condiciones actuales de servicio en la nube.
