La sensación generalizada, al menos en Bogotá, es que los smartphones son una fuente de inseguridad. A diario escuchamos historias acerca de personas que fueron asaltadas para robar su flamante smartphone. Y no es un problema endémico a nuestra región. Es una tendencia global, como lo demuestra este mapa de asaltos relativos a smartphones o tablets en San Francisco.
La tendencia pareciera haberse revertido con la aparición de los kill switches. El problema, parecieran demostrar las estadísticas, es que los smartphones tienen un alto valor de reventa. Si el aparato es inútil, pierde su valor de reventa y los smartphones dejan de ser atractivos para los facinerosos.
A pesar de la evidencia estadística, los smartphones tienen el potencial de salvar mas vidas que de ponerlas en riesgo. Yo por ejemplo, cuando viajo a la finca de mis padres, tengo por costumbre enviar a mis familiares la ruta y hora de llegada estimada usando Waze. Así, cuando me demoro o me desvío susceptiblemente de mi itinerario planeado, recibo de inmediato una llamada de mi padre preguntando si sucedió algo.
Obviamente Waze no fue creada con este objetivo en mente. Pero otras aplicaciones como STOP-ATTACK, si. Esta aplicacion permite a sus usuarios elegir un grupo cerrado de contactos (usuarios de la aplicacion). En caso de peligro el usuario puede enviar de inmediato un mensaje de alerta a sus contactos, quienes podrán ver su localización e ir a rescatarlo o como mínimo interrumpir el ataque con una llamada telefónica. Desde luego que también hay una opción para avisar a las autoridades. Pero la característica mas interesante es la posibilidad de poner la aplicacion en un modo especial, en el cual el dispositivo graba video y sonido continuamente y lo guarda en la nube directamente, de donde no cede ser borrado, pero si puede ser usado como evidencia.
Los usos seguros de los smartphones no aplican únicamente en caso de una emergencia por ataque violento. Se ha preguntado, ¿qué hacer si ve a una persona en la calle con una emergencia medica? Los desarrolladores de Presto, una aplicación latinoamericana especializada en salud, quieren solucionar este problema. El objetivo de presto es ofrecer un botón de pánico que cualquier transeúnte pueda usar para llamar ayuda en caso de emergencia médica. La herramienta, preconfigurada por el usuario envía datos vitales como tipo de sangre o persistencias medicas que pueden ahorrar segundos valiosos en estas situaciones. En el futuro, junto con sensores omnipresentes como el Watch o un fitness band, es posible enviar signos vitales en tiempo real a los paramédicos y hospitales.
En cualquiera de los escenarios el objetivo es aumentar las probabilidades de supervivencia. O, en el caso de STOP-ATTACK, crear las condiciones para judicializar mas fácilmente a los delincuentes. STOP-ATTACK requiere de una suscripción de 4 dólares anuales, pero hay alternativas que pueden costar hasta 10 dólares al mes. Los desarrolladores de Presto no han pensado en cobrar este servicio, sino hacerlo parte de una oferta mas grande que tiene por objetivo mejorar el acceso a servicios médicos e información médica para las personas.
Vale la pena darle una mirada a estas aplicaciones, nunca sabe cuando su vida o salud dependerá de una llamada de urgencia.
