En muchas de las categorías de la tecnología, desde hace años , se ha visto un estancamiento. No compramos más portátiles, ni tantos smartphones como antes y, tampoco, hablemos de las tablets pero, definitivamente, compramos más y más wearables.
Este mercado no es para nada despreciable, pues para el 2020 se estima que será equivalente a 32.9 billones (miles de millones) de dólares. Logrando ser una de las pocas categorías que crece a dos dígitos sin parar desde 2014.
Smartwatch hay de todo tipo, están desde los que valen 40.000 pesos y sólo notifican algunas cosas (siendo optimistas), hasta los Apple Watch (No olvidemos el fallido “Edition” de 10.000 dólares) que representan la cima de los que este mercado puede ofrecer. Esto nos deja algunas preguntas; siendo la más importante, ¿Hay alguien que pueda retar a la manzana?. En una sola palabra, la respuesta es sí! Y vaya que Samsung presentó una gran propuesta con su Galaxy Gear Sport.
Lo primero que cabe destacar es que el título “Sport”. Definitivamente este smartwatch va mucho más allá de una mera definición “deportiva”. Los dispositivos que se enfocan en deporte usualmente tienen colores fosforescentes, diseños muy llamativos y en general una presentación que los hacen destacar en el gimnasio, pero, no en otros entornos, un poco más formales. Este no es el caso con el Gear Sport, si bien uno puede tirarse sin problemas en una piscina y nadar con el smartwacht puesto (midiendo número de metros recorridos y de vueltas dadas), después de salir, puede llegar a la oficina y hacer una presentación con saco y corbata puesta sin ningún problema. El diseño del Gear es simplemente clásico, sobrio y adaptable a cualquier situación.
Hablando de diseño, ¿qué me dicen de la rueda exterior?, enserio, cuando uno aprende a manejarla (a la derecha para funciones, a la izquierda para notificaciones), se pregunta ¿por qué no todos hacen esto? Es que nada mejor que navegar el reloj de esta manera. ¿Por qué tocar con el dedo todo el tiempo si podemos disponer de toda la pantalla?, buena por esa Samsung.
Y ya que hablamos de la pantalla, la del Gear Sport podemos decir que se luce. En la calle se ve claramente sin problemas, la definición de la pantalla AMOLED (claro, es Samsung) de 1.3 pulgadas es bastante alta para su tamaño y cuenta además con protección Gorilla Glass 3, toda una joya.
Todo lo anterior es muy interesante pero lo que de verdad me gustó mucho del Gear Sport es su adaptabilidad. Es un gran smartwatch deportivo, pues mide actividad, pulso, pasos y hasta detecta cuando llevas mucho tiempo sentado y recomienda actividades. La integración con Samsung Health es total y hasta puede integrar nuestras playlist favoritas para hacer deporte sin problema alguno.
Dicho esto, es también un gran Smartwatch y punto. Las notificaciones son rápidas, se puede responder mensajes ya sea a través de teclado (algo incómodo), escribiendo con el dedo (algo que es difícil de dominar) o con el mucho más confiable y eficiente S-Voice, que transforma lo que decimos en texto sin mayor problema. La batería dura de dos a tres días fácilmente, la cantidad de apps con la que puede sincronizarse es impresionante y lo mejor de todo, la cantidad de opciones de personalización, de aplicaciones disponibles para ser instaladas y de servicios relacionados es simplemente impresionante.
Por la calidad de sus materiales, lo universal de su diseño, lo claro de su pantalla, la cantidad de apps que pueden instalarse y de opciones de personalización, el Samsung Gear Sport es por mucho uno de los más interesantes, capaces y geniales smartwatch que he probado en mucho tiempo.
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Andrés Felipe Sánchez Cano
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