Es indudable que las redes sociales han hecho realidad por lo menos dos grandes sueños de los estrategas de marketing: Por un lado, la absolutamente precisa segmentación de los públicos objetivo de acuerdo con criterios como edad, sexo, preferencias, deportivas y musicales, etc. Por otro, la posibilidad de interactuar con ellos y conocer sus puntos de vista en ambientes donde las personas se sienten cómodas para hablar y en donde es posible observar los anuncios publicitarios con bastante tranquilidad y detenimiento.
Además de google, el sitio web más visitado del mundo, Facebook y YouTube, los dos que le siguen, basan hoy su existencia y su éxito en su enorme potencial publicitario. Aunque con aplicaciones y opciones diferentes, estos dos sitios participan claramente en la categoría de redes sociales y hoy se usan como gigantescas plataformas publicitarias en las que se anuncia una incontable cantidad de productos y servicios.
Por su parte, Twitter, que frecuentemente es mencionado entre las redes sociales y que en esa categoría ocupa el tercer puesto en visitas en el mundo, es en realidad un sitio de microblogging que cuenta con las ventajas de los blogs, las redes sociales y la mensajería instantánea. Y aunque aumenta proporcionalmente frente a Facebook y a YouTube, su creciente popularidad se debe a su carácter más textual y a que ofrece la posibilidad de difundir información de forma ágil y sencilla, sin ser el pretensioso escenario de publicidad y espectacularidad que buscan ser estos dos.
Aunque ya se han conocido acciones publicitarias sutiles en Twitter, bien es cierto que este sitio sigue manteniendo su carácter de plataforma informativa y de medio de comunicación y es allí precisamente donde radica su éxito y la gigantesca cantidad de personas y organizaciones que lo prefieren.
Ahora, cuando en busca de recursos la compañía empieza a implementar acciones para incluir publicidad, se empieza a temer que este ambiente limpio se convierta en una invasión de anuncios de los que creíamos estar libres.
Estar en Twitter es, ante todo, estar conectado con información de millones de fuentes alrededor del mundo y tener la posibilidad de vivir enterado y opinar sobre temas de interés, dentro de una interfaz limpia que privilegia la lectura y se aleja de la saturación visual y publicitaria que tienen Facebook y YouTube.
Según se ha sabido, la compañía busca maneras de lograr que los mensajes no sean intrusivos y que estén muy concentrados, de acuerdo con los intereses de cada persona. En principio, este anuncio podría sonar tranquilizador, pero para nadie es un secreto que en la medida en que se empiece a ver la rentabilidad del negocio publicitario, la situación podría evolucionar negativamente.
Dado el éxito indiscutible de este modelo de negocio y teniendo en cuenta que hoy Twitter cuenta con más de 500 millones de usuarios, podríamos estar asistiendo a la muerte de un gran sitio en el que la información ha tenido un lugar privilegiado.
Así las cosas, bien puede parecer que una vez más la necesidad de lucro se impondrá sobre el acceso a la cultura y a la información.
¿Cuál será pues el futuro de este buen medio que nos da la posibilidad de participar tan democráticamente en ese mundo cultural, dar puntos de vista y construir gigantescos movimientos de opinión?
Claramente, valdrán todas las acciones que se emprendan para evitar una invasión a un ambiente que hasta ahora se ha mantenido tan libre de influencias, y para defender nuestro derecho a no ser bombardeados con publicidad mientras aprendemos y nos informamos.