Desde el inició la pandemia, el trabajo cambió para siempre, tanto que ahora hablamos de “el nuevo normal”, en el cual, ya no es estrictamente necesario ir a un sitio determinado como la oficina para poder ser productivo (a menos que su empleador lo vea como algo imperativo, como está pasando actualmente en Twitter ??♂️) .
Así las cosas, las reuniones desde hace bastante tiempo tampoco son obligatoriamente presenciales y, por lo mismo, plataformas como Zoom, FaceTime, Teams y otros han sido de gran ayuda para mantenerse en contacto, colaborar y, por supuesto, producir.
Ahora bien, es cierto que en muchos casos, dado que ya no es necesario transportarse de un lugar a otro y eso ahorra tiempo, algunos negocios han abusado de las ventajas de las teleconferencias y de las comunicaciones electrónicas, sin medir el nivel de saturación que pueden llegar a causar en los empleados y colaboradores.
Este tipo de situaciones han llevado a que muchos le cojan fastidio a las teleconferencias y otros, un poco más díscolos, han optado simplemente por conectarse a las reuniones y dejar el laptop ahí sin volumen ni video, algo así como el equivalente actual de “calentar puesto” electrónicamente.
Por todo lo anterior, me llama la atención que en aplicaciones como Teams, el organizador de la reunión tenga la potestad no sólo de elaborar la lista de invitados, controlar las admisiones, abrir o cerrar el micrófono sino que, encima de todo, ahora pueda simular la organización de los participantes como si se tratara de un espacio real como un teatro, auditorio o similares eligiendo quién se sienta al lado de quién en la videoconferencia.
Será que todo esto ya es demasiado? Me encantaría leer sus opiniones en los comentarios del presente artículo o en las redes sociales de TECHcetera.