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¡Termonuclear!

Walter Isaacson escribía en su biografía de Steve Jobs, que Apple quería lanzar una “guerra termonuclear” contra Android…

Walter Isaacson escribía en su biografía de Steve Jobs, que Apple quería lanzar una “guerra termonuclear” contra Android por copiar los diseños y características de sus productos. Siempre pensamos que la guerra había sido esa serie de batallas legales entre Samsung y Apple que terminó condenando a ambas compañías y no resolvió nunca la situación.

A raíz de los resultados reportados esta semana por Samsung, ahora sabemos que los procesos legales eran apenas la punta del iceberg. Apple desató una batalla contra Samsung aún mas poderosa en su territorio preferido, el desarrollo de nuevos productos, y a la luz de los resultados pareciera que va ganando por goleada.

Samsung es el líder indiscutido en el mercado de los smartphones. 1 de cada 3 smartphones vendidos en el mundo proviene de esta marca. Si bien Samsung ha perdido participación de mercado en las gamas bajas, con fabricantes como Xiaomi, la causa de la implosión de su negocio está basada en la caída vertiginosa de las ventas de sus productos de gama alta.

La estrategia de Samsung era clara, ganar participación de mercado en las gamas bajas e ir subiendo a los usuarios hacia productos mas rentables en las gamas altas. Esto último no está sucediendo, las ventas de los productos mas rentables de Samsung, el Galaxy S y el Note cayeron casi 50% año a año. Lo interesante es que no es Apple quien le robó este mercado a Samsung. Dado que la caída en ventas de Samsung es de tan solo el 8%, es muy probable que sus propios productos, de menor margen, se hayan quedado con ese mercado. De hecho Samsung, en su anuncio, confirma esta hipótesis diciendo que su problema está basado en una mezcla “incorrecta” de productos.

Tan pronto Apple empezó a agrandar las pantallas de sus dispositivos, las ventas de los equipos de Samsung empezaron a perder momento.

El arma “secreta” de Apple para poner a temblar los cimientos del negocio de Samsung fue atacar el factor único de diferenciación de los dispositivos de esa marca; el tamaño de la pantalla. Una proporción desproporcionada (valga la redundancia) de los ingresos de Samsung provenían de sus modelos con pantalla mas grande. Tan pronto Apple empezó a agrandar las pantallas de sus dispositivos, las ventas de los equipos de Samsung empezaron a perder momento. La primera víctima fue el Galaxy S, que tuvo sus primeros problemas con la llegada de los modelos 5 y 5s de Apple. Apple replicó el tamaño de la pantalla de los dispositivos Samsung, pero también posicionó otros factores de diferenciación, como características de su software, integración con la plataforma de computadores y el reconocedor de huella digital, por mencionar solo algunos ejemplos. Y aunque los modelos de Samsung ya tuvieran estas características, Samsung no logró posicionarlos como factores de diferenciación en el mercado. Ahora Apple está profundizando aún mas la batalla, atacando al Note con el iPhone 6 Plus. Y ya hay indicadores que muestran la caída instantánea de las ventas de los Note.

Este fenómeno ya lo hemos visto. Es exactamente el mismo problema que ha llevado a Blackberry al borde de la quiebra. Blackberry quiso posicionar su teclado y sus características de seguridad como sus factores diferenciadores y falló. Apple lo atacó desde la experiencia de uso. Para cuando quiso reaccionar fue demasiado tarde, el mercado estaba en manos de otros.

La encrucijada de Samsung es complicada. Mientras siga produciendo dispositivos basados en Android no tendrá un factor real de diferenciación frente a sus competidores. Pero hacer un nuevo sistema operativo tampoco es garantía de éxito. Amazon y el rotundo fracaso de su Fire dan fe de eso. La situación además solo se ve susceptible de empeorar. Samsung demoró la salida del Note 4 hasta finales del año, y ahora tendrá que competir de frente contra el iPhone 6 Plus.

La gran incógnita en todo esto es Google. Hasta ahora ha controlado con disciplina férrea la plataforma de Android. Ahora que su principal aliado está temblando, tendrá que hacer cambios o su negocio podría implotar rápidamente. Los cambios a Android con Lollipop lo ponen a la par con iOS, pero si nadie logra hacer dinero en ese espacio no es descabellado pensar que lo empiecen a abandonar, tal y como ha venido sucediendo con los OEM de Windows.

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