Hemos hablado extensamente de Transformación Digital (tenemos hasta un magazine en donde puede encontrarlo todo en un solo sitio). Hemos escrito sobre qué es, por dónde empezar y hasta de por qué fracasa. Y sin embargo, creo que se nos han quedado por fuera dos de los grandes “enemigos” de un proceso como este.
El primero está compuesto de los “peros” y generalmente parte del “pero es que así lo hemos hecho siempre”. En un proceso de Transformación Digital lo importante es las Transformación, el Digital es sólo la herramienta. En un proceso de Transformación Digital el elemento más importante a manejar es la resistencia al cambio, es la reticencia de los empleados a algo nuevo, algo en lo que muchas veces no son expertos y creen que los pone en peligro.
Creo que lo he dicho antes: no hay peor enemigo de la Transformación Digital que un empleado que siente que su permanencia en la empresa está amenazada. Ese personaje que siente que dejará de ser indispensable cuando el proceso se implemente. Ese que aún ejerce autoridad por lo que sabe pero que no lo comparte con el resto de la organización. Ese que no se ha actualizado, que no entiende el por qué y el para qué hacer un proceso como este.
Siempre habrá “peros” y algunos serán válidos. Lo importante es enrutar su existencia de lo negativo a lo positivo, de ser una barrera a ser una razón. De ser un enemigo a ser un aliado.
El segundo tiene que ver con la falta de claridad de qué se va a hacer (y de por qué se va a hacer). He visto decenas de procesos que fracasan porque no se tiene una meta clara, unos entregables claros, unas métricas de medición que permitan evaluar si se ha cumplido o no con lo planteado.
He visto decenas de procesos que se alargan eternamente hasta implorar porque alguien dice al interior del proyecto “y YA QUE estamos haciendo por qué no…“.
Los proyectos de Transformación Digital exitosos atacan un problema a la vez. Los proyectos de Transformacion Digital exitosos rara vez son Big Bangs que cambian todo de la noche a la mañana. Al contrario, la mejor forma de hacer un proceso de Transformación Digital exitoso es partir de temas puntuales, fáciles de medir, fáciles de implementar que generen quick wins con los que se gane “gasolina” para ejecutar el siguiente; en los que muestren victorias tempranas con los que pueda convencer a otras áreas de la organización de lo que se puede lograr; con las se cree momentum para lograr un cambio real basado en el uso de la información.
Porque no es lo mismo datos que información y de nada sirve la información si no se utiliza para generar un cambio.
Así que antes de empezar su proceso de Transformación Digital piense bien en los “Peros” que puedan existir y asegúrese de controlar los “Yaques” al máximo.