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Twitter prohibe la publicidad política (y deja a Facebook en ridículo)

Twitter es la primera red social en prohibir de tajo la publicidad política en su plataforma. Una acción loable pero que será dificil de implementar y controlar

En la que puede ser catalogada como (a) la decisión más sabia de su carrera y (b) el anuncio con mejor timing posible, Jack Dorsey confirmó el día de ayer que Twitter no permitirá más publicidad política en su plataforma a partir de Noviembre.


El anuncio, que no cayó muy bien en las toldas de la ultraderecha norteamericana, busca mitigar la desinformación que se ha tomado las campañas políticas en todo el mundo y promover la viralización de los contenidos políticos por “mérito propio” (ya voy a hablar más del tema) y no por la plata que x o y campaña puede invertir en publicidad.

El timing no pudo ser mejor. El primer post de Dorsey salió minutos antes de que Mark Zuckerberg presentara los resultados financieros de Facebook para el más reciente trimestre y liderara la llamada de presentación de los mismos, dejándolo en una posición bastante incómoda.

Dorsey anunció que Twitter publicará una política clara, global y transparente acerca de lo que será catalogado como publicidad política y sobre lo que será o no autorizado, el 15 de Noviembre.

El anuncio llega luego de la exasperación generada por la ambivalencia en la aplicación de medidas similares de parte de Facebook en las últimas semanas y en lo que muchos demócratas opinan es un guiño al partido Republicano y el resultado de un pacto secreto con la ultraderecha norteamericana. Ultraderecha de la cual hace parte Peter Thiel, miembro de la Junta Directiva de la compañía, al igual que figuras como Tucker Carlson con quien Zuckerberg ha sostenido cenas clandestinas.

Zuckerberg ha expresado que no cree que la gente quiera vivir en un mundo en donde una compañía de tecnología censura el contenido que se puede postear en la plataforma pero claramente no ha tenido en cuenta el nivel de analfabetismo digital de sus usuarios, quienes aún siguen creyendo en temas como Pizza Gate o en que con la elección de una Alcaldesa lesbiana Bogotá será la nueva Sodoma y Gomorra. Zuckerberg confunde “libre expresión” con el derecho a decir mentiras en anuncios publicitarios.

Ahora bien, no todo es color de rosa al interior de Twitter. Dorsey ha expresado su posición sobre permitir que los políticos digan mentiras en su red por considerarlos de “interés general”, las medidas para impedir el posteo de información falsa aún no han sido utilizadas la primera vez y personajes como Donald Trump abusan de la plataforma con sus mentiras sin repercusión alguna.

En todo caso la posición de Twitter es loable y encomendable y más aún cuando estamos a punto de entrar de lleno en la campaña presidencial de Estados Unidos, campaña que mueve MUCHO dinero (así Zuckerberg diga que solo representa el 0,5% de los ingresos esperados para el año y Dorsey diga que fueron menos de $3 Millones de dólares en la pasada campaña norteamericana).

“No se trata de libre expresión. Se trata de pagar por el alcance (de las publicaciones). Y pagar para aumentar el alcance del discurso político tiene ramificaciones significativas que la infraestructura democrática de hoy puede no estar preparada para manejar. Vale la pena retroceder para abordar (el tema)” – Jack Dorsey, CEO Twitter

El caso es que Jack ha hecho lo que Mark no ha querido hacer y esta decisión pone Zuckerberg en apuros, especialmente en medio de una coyuntura como la actual en la que los demócratas están abusando -de adrede- de la política de permitir mentiras en la publicidad política de Facebook y están lanzando campañas tan absurdamente mentirosas que deberían ser canceladas por la plataforma .

¿Cederá Facebook? Amanecerá y veremos. Pero ahora que más de 250 empleados de la compañía han expresado su descontento con la política de permitir este tipo de anuncios en la red social pueda que a Mark le toque recapacitar y eliminen por completo la publicidad política pagada -engañosa o no- por el bien de nuestra sociedad y de la democracia.

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