Hoy se cumple 1 año desde la entrada en vigencia Resolución 4444 de 2014 que prohibe la existencia de las “cláusulas de permanencia” en los contratos de telefonía móvil. Es un año de “libertad para el usuario” de acuerdo a lo que ha dicho la CRC (el ente encargado del control de comunicaciones en el país) durante los 18 meses en que se ha hablado del tema.
Con motivo del aniversario, la Comisión ha emitido un Informe de Seguimiento y una Infografía en la que resume los logros de la norma y cómo, según ellos, los consumidores colombianos se han beneficiado de la misma. El Informe lo pueden ver en este link. La Infografía la pueden ver a continuación (y después de ella viene mi análisis).
En esta semana he leído en varios medios de comunicación locales sobre cómo “gracias a la eliminación de las cláusulas de permanencia las ventas de teléfonos móviles en Colombia crecieron en el 2014“. En 9.1%, para ser exactos. Es el primer beneficio que muestra la CRC en su infografía y es al que más bombo le han dado publicaciones como Dinero y Portafolio.
Lo interesante es que ni la CRC contó, ni Dinero ni Portafolio validaron, que este crecimiento es inferior al que tuvo el mercado en el 2013 (10%, según GFK – la misma fuente usada para los datos del 2014) por lo que se podría deducir que gracias a la eliminación de las cláusulas de permanencia el crecimiento del mercado de dispositivos móviles se frenó. O que a pesar de la eliminación de las cláusulas de permanencia, las ventas de dispositivos móviles en Colombia crecieron 9.1%.
Es más, de acuerdo a información obtenida de manera reservada por este medio (suena elegante, no?), ninguno de los fabricantes de teléfonos móviles en el país tenía en su presupuesto del 2014 (antes de que saliera la resolución) un crecimiento igual o inferior a 9%. Es más, la gran mayoría de aquellos directivos con los que he hablado personalmente del tema hablan de crecimientos al menos 2 dígitos por lo que decir que “gracias a” es ver el vaso medio lleno cuando queda menos del 10% de agua en el mismo.
Y es que no hace falta ser Economista para saber que a mayor precio menor es la demanda y que la eliminación de las cláusulas trajo consigo la eliminación de los “subsidios” con los que cualquier usuario podía comprar cualquier celular con una cuota inicial relativamente baja.
Hoy en día, con la eliminación, tenemos un mercado de celulares claramente estratificado y aún con las promociones, descuentos, meses gratis y financiaciones “del 0%” la verdad es que somos un mercado de gama baja. Lo dice el mismo estudio: el 81.9% de los celulares vendidos en el último trimestre del 2014 son entry-level (es decir costaron menos de $399Mil). Este mismo segmento tuvo una participación de tan sólo 73.5% en el primer trimestre del año.
En los segmentos premium, la verdad es que todos los fabricantes están sufriendo. Y sufren porque sus equipos ya no se venden (pregúntele a Apple por sus cifras de ventas de celulares en Colombia) y son reemplazados por equipos de una gama más baja, o porque los usuarios que pueden comprarlos los compran fuera del país.
Es claro que la norma ha traído beneficios. El más claro y tangible de todos es el aumento en la oferta. Aumento que se reflejado en la cantidad de referencias disponibles y en la cantidad de sitios donde se pueden comprar celulares. Aumento que en algún momento, por la misma elasticidad oferta – demanda de la que hablamos más arriba, debería estabilizar el mercado.
Es claro también, que como parte de una serie de medidas que buscaban promover la portabilidad de los usuarios (en el 3er y 4to bimestres del año se portaron más usuarios que en cualquier trimestre anterior) los operadores han tenido que entrar a competir con precios en sus propios productos. Según la CRC las tarifas promedio de Voz y de Internet bajaron 6% y 55%, respectivamente durante el año.
Sin embargo, no todos comparten esta apreciación. Para muchos, incluidos usuarios del común, compradores de telecomunicaciones de las grandes empresas, e incluso miembros de la CCIT citados por El Tiempo, lo que ha habido es un incremento de los servicios incluidos en los paquetes más no una disminución de los precios de los mismos. Es por eso que la mayoría de los usuarios no han visto un impacto en su cuenta mensual. Sólo aquellos que entendieron que con la expedición de la norma debían tomar acciones proactivas han visto mejoras (pero no disminuciones reales en sus facturas). Para todos los demás, aquellos que se quedaron esperando a ver qué pasaba, sus tarifas no sólo han seguido iguales sino que han venido siendo explotados con prácticas claramente ilegales como el throttling de datos, del cual hablamos hace unos días.
Preocupa que todavía el 27% de los usuarios postpago del país aún tengan contratos con cláusula de permanencia y que muchos de los equipos de gamas bajas que llegaron en la segunda mitad del año – la mayoría con sistemas operativos Android – utilicen versiones de 2, 3 y 4 años del sistema operativo. Versiones que no tienen las medidas, opciones y esquemas de seguridad que se necesitan para un mundo en el que vivimos cada vez más conectados. Versiones que no se pueden actualizar. Versiones en las que no corren algunas aplicaciones y servicios y que promueven aún más la fragmentación del mercado.
No estoy diciendo que todos los equipos entry-level sean malos. Huawei, Motorola y Alcatel (y algún día Xiaomi cuando llegue al país) tienen equipos fantásticos. Pero la verdad es que el grueso de la gente sigue comprando unos equipos de unas marcas que tienen cero respaldo, que cuestan menos y que son más rentables para los vendedores y operadores. Equipos de la “China Profunda” como diría un amigo mío Peruano.
Quisiera resumir diciendo que creo que la norma ha traído beneficios, pero que me mantengo en mi posición original de hace un año. Creo que el espíritu es correcto pero su aplicación pudo ser mejor. Creo que es innegable que hay más oferta, que hay más libertad para “portarse” y que hay más competencia. Creo que hoy hay más opciones de financiación para acceder a nuevos terminales, pero que eso no significa que el grueso pueda acceder a los equipos a los que antes accedían “a cero pesos”.
Pero decir que “gracias” a la resolución las ventas crecieron y hoy se venden más smartphones que teléfonos básicos es un error.