Pocos personajes parecen generar tanto interés en la actualidad como Edward Snowden, el mayor whistleblower de la historia, el personaje que destapó la olla podrida del Capitalismo de la Vigilancia (Surveillance Economy) y de los programas de espionaje secretos del gobierno norteamericano no solo hacia “los malos” sino hacia cada una de las personas del mundo.
Parece irónico -pero es muy interesante- que fuese Snowden el primer speaker del #WebSummit de este año. Y digo irónico porque el 99% de los startups del mundo y de los asistentes al evento tiene un modelo de negocio que está basado en recoger algún tipo de información de sus usuarios y monetizarlo. Porque estamos viviendo la verdadera Era de la Información, una era en la que -sin importar cual sea el negocio de una empresa- si el negocio no está en la información, no tiene futuro.
Snowden habló de vigilancia, de mentiras y de como las grandes plataformas se han prestado para crear un modelo orwelliano en el que todo se sabe, se registra y se mantiene por siempre. Un Récord Permanente (así se llama su nuevo libro, está buenísimo).
Pueden ver la conversación aquí:
Lo que más me llamó la atención de su intervención fue algo que nunca lo había oído decir: estamos enfocándonos en el aspecto errado de la discusión: el problema no es la protección de los datos; el problema es la recolección de los datos.
Si nos enfocamos en proteger nos enfocamos en que la información no se filtre. Punto. Y asumimos que mientras que esta no se filtre no hay problema.
Pero ese no es el problema de fondo. El problema de fondo es que todo el mundo está recogiendo, recabando y consiguiendo información de todas las personas del mundo, sean sus usuarios o no.
Sí, Facebook y Google guardan cada cosa que usted hace, cada like que da, cada sitio web que visita pero detrás de ellos hay decenas de compañía que también lo hacen sin que usted ni siquiera sea su usuario. Todos los involucrados en que sus datos se muevan de un lado a otro recogen algo de esa información.
Piense en el operador móvil -de pronto no al que usted le paga su cuenta porque está de viaje- que triangula su posición con base en las antenas de comunicación que usa.
Piense en quien el presta el servicio de internet de su casa y tiene acceso a todas las páginas web que su familia visita desde el wifi de la misma. O en el centro comercial dueño del Wifi al que usted se colgó para no gastar datos la última vez que estuvo allá.
Piense en el dueño de la red por la que pasaron esos datos y hasta en el dueño de los componentes de transmisión.
Piense en el desarrollador de un app que usted descargó y en el dueño de los APIs que esta utiliza.
Decenas de compañías que pueden recoger y vender esa información sin que usted lo sepa.
“No es la data la que está siendo explotada. Es la gente” – Edward Snowden
El problema no es cómo proteger la información. El problema, la raíz del problema, es la recolección de la información y el modelo de ingresos y sostenibilidad que hemos creado a partir de ella y de la publicidad.